….piensa en mi, de vez en cuando piensa en mi…porque soy una especie en extinción….
Los días siguen pasando aquí, pasan tan rápido y con tantas historias que apenas tengo tiempo para ponerme frente al teclado y escribir algo…a lo mejor y voy perdiendo mis dotes de narrador de cuentos…a lo mejor solo s el maldito día nublado….
He dormido casi hasta las 11 am., cuando desperté solo podía pensar en todas las cosas que había dejado sin hacer. Abro la persiana y veo los balcones vacíos, me pregunto donde esta aquel chico que fisgonea a diario que hago en mi habitación. Ya me he acostumbrado a el, es como un mal necesario.
Al inicio yo no sabía que me miraba, después me di cuenta, pero como solo me veía en la misma posición toda la mañana, no me afectaba. Ya después me hartaba verlo cuando salía de la ducha o cuando tenía que cambiarme. Por un momento comencé a cambiarme también delante suyo, pero nada. Eso también me aburrió. Cerraba las persianas y esperaba a que se cansara para volver a abrirlas.
Ahora que esta nublado, hasta extraño al tipo. Debe ser la relación que nace entre una victima y su captor. Una especie de síndrome de Estocolmo, pero esta vez entre el voyeurista y el objeto de su afecto. No se. Hoy extrañé al jovencito ese, que imagino apenas sea un adolescente.
Los días pasan rápidamente en esta ciudad, ya es febrero y las historias se queman en el horno, antes que llegue a sacarlas, tal vez no debería dedicarme a esto. Tal vez solo debería quedarme quieta en la cama por horas enteras, imaginando que mi pequeño observador imagine que pienso, que hago y porque lo hago, trastocando por momentos mi papel en esta historia y haciéndome ya no el victimario de ojos ajenos, sino la victima que es observada cada segundo, hasta que la noche llegue.
lunes, 5 de febrero de 2007
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1 comentario:
parece que en esta historia estás con dolor de cabeza y aburrida.
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